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Joya viva del corazón bilbaíno

Por Janire Martínez - "Mi Plaza Nueva fría y uniforme, cuadrado de patio del que el arte escapa...”, dijo el bilbaíno universal Miguel de Unamuno. La banda sonora formada por el ruido del gentío y los puestos que cada domingo se reúnen en la Plaza Nueva de Bilbao anuncia un ambiente inigualable. Desde que fuese construida en 1849, alberga en la actualidad tabernas, restaurantes y tiendas de bastante antigüedad y tradición que todos los domingos se fusionan con los distintos mercaderes que allí se dan cita. Libros y discos de segunda mano, minerales y fósiles, billetes y sellos internacionales, antigüedades, monedas, objetos para coleccionistas y recuerdos para turistas son algunos de los productos que se acercan a adquirir no solo los bilbaínos, sino algún que otro visitante más remoto. Sin olvidar tampoco los puestos con peces o pájaros, especial atractivo entre los más pequeños. Y todo ello rodeado de los pintxos con mejor fama del Botxo.

 

Domingos y festivos

 

Cada domingo sobre las diez de la mañana, la Plaza Nueva situada en el Casco Viejo de la Villa, acoge los 43 puestos que conservaron la autorización tras la reforma que se llevó a cabo cinco años atrás. Además desde 2012, los aficionados a esta cita también pueden disfrutar de todos los puestos en su horario habitual (desde primera hora de la mañana hasta las dos de la tarde) cinco festivos al año: el Jueves Santo, el Día del Pilar, el Día del Estatuto , en la festividad de Todos los Santos y durante todo el Puente de la Constitución.

 

En la época de crisis que está viviendo la sociedad, esta novedad puede suponer un impulso para los pequeños comerciantes que se reúnen en esta emblemática plaza. Mercedes, propietaria de uno de los puestos desde hace más de 20 años, destaca la importancia de resaltar este pequeño mercado como atractivo turístico para su supervivencia. “Entran grupos guiados y jamás nos miran, la guía les lleva, explica la plaza y a nosotros nos ignoran. Sería maravilloso que se dieran una vuelta y pudieran comprar un detallito”, lamenta esta mercader.


 

Por su parte Jesús Mazas, presidente de la Asociación de Mercaderes de la Plaza Nueva, desconoce hasta que punto la propaganda turística puede darles más relevancia. “El turismo es un factor que se está convirtiendo poco a poco en algo determinante durante el periodo veraniego, pero durante el año esto es una cosa de gente local de Bilbao”, matiza Jesús Mazas. Respecto al efecto que ha tenido la crisis en el mercadillo, su presidente asegura que no ha afectado tanto a la cantidad de ventas sino al tipo de producto que el
visitante reclama. “Se ha notado en el segmento alto, en lo que es coleccionismo de lujo, libros de 60-100-200€ y en las monedas, la moneda de 300€ no se vende. Normalmente ya ni la estamos bajando porque no tiene sentido si no esperas colocarlo. En cambio el mercado de precio barato, el producto de 3- 5€, ha subido”, señala Jesus Mazas.


Aun así el ambiente tan característico de esta emblemática plaza no ha decaído. Cada domingo, la concentración de cuadrillas de las más variadas edades para su singular cita de poteo sigue viva pese al duro momento económico que afronta la sociedad.

@KAL7AN IRRATIA S.L.

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